Cuando pensamos en nutrición, de las últimas cosas que se nos vienen a la cabeza es el cerebro; tal vez sea más fácil pensar en el peso, en los alimentos, en la diabetes, en el músculo o hasta el intestino. Pero ¿qué hace la nutrición por el sistema nervioso?
Sabemos que el cerebro no puede detenerse, sus acciones son vitales para echar a andar correctamente el resto de nuestro organismo, por lo mismo es muy cuidadoso con lo que deja entrar o no a sus células, pero lo que sí necesita son nutrimentos: glucosa, grasas y proteínas.
La glucosa es el combustible principal, pero en casos de emergencia (ayuno prolongado, ejercicio extenuante, infarto cerebral, hipoglucemia severa, o neurodegeneración, entre otros) se vale de otras moléculas para sobrevivir. Seguramente las has leído o escuchado antes, las cetonas. Estas las fabrica el hígado a partir de la reserva de grasa, y están diseñadas (casi) especialmente para proteger al cerebro. Mantienen activas a las neuronas hasta que vuelvan a sus condiciones normales. Les dan energía, potencian genes antioxidantes, modulan las sinapsis, entre muchas otras ventajas.
Con la neuronutrición se puede lograr la producción intencionada de cetonas con el objetivo de proteger al cerebro en condiciones de daño cerebral agudo (p.ej. infarto cerebral) o crónico (p.ej. enfermedad de Alzheimer). Esto es una rama de la neuronutrición y se conoce específicamente como neuro-ceto-terapia, palabra difícil pero efectos prometedores.
Otras herramientas de la neuronutrición son el uso de antioxidantes y distintos agentes provenientes de los alimentos o suplementos, como el resveratrol, el omega 3 y 5, la curcumina, entre otros. A estos también se les conoce como nutracéuticos. Próximamente te hablaremos más de ellos.
Por último, la neuronutrición también incluye estrategias que nos devuelven al aquí y al ahora, de tal forma que eso impacte positivamente en la calidad de vida de todas las personas que la aprovechan. Por eso, el mindfulness (consciencia plena) es una técnica complementaria que nos devuelve a lo esencial y ayuda a mitigar síntomas que acompañan distintos trastornos neuro-psiquiátricos.
Les compartimos los siguientes enlaces que los dirigirán a fuentes bibliográficas confiables al respecto de los elementos que componen a la neuronutrición:
1.- Omori et al., 2022. Exogenous ketones and lactate as a potential therapeutic intervention for brain injury and neurodegenerative conditions. Front Hum Neurosci. 16:846183. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36267349/
2.- Camberos & Massieu, 2020. Therapeutic strategies for ketosis induction and their potential efficacy for the treatment of acute brain injury and neurodegenerative diseases. Neurochem Int. 133:104614. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31785349/
3.- Whitfield et al., 2021. The effect of mindfulness-based programs on cognitive function in adults: A systematic review and meta-analysis. Neuropsychol Rev. 32(3):677-702. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34350544/
4.- Guzmán-Martínez, et al., 2018. New frontiers in the prevention, diagnosis and treatment of Alzheimer’s disease. J Alzheimers Dis. 82(s1):S51-S63. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33523002/
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